Orientaciones para la Tercera Sesión Ordinaria del Consejo Técnico Escolar y el Taller Intensivo de Formación Continua para Docentes
El Plan y los Programas de Estudio de la Nueva Escuela
Mexicana constituyen un currículo integrado en el que los contenidos de las disciplinas
se relacionan a través de ejes articuladores que vinculan el saber y el
conocimiento con situaciones de la realidad; esta lógica da lugar a la
organización en campos formativos expresados en fases de aprendizaje en
sintonía con los procesos de desarrollo de niñas, niños y adolescentes.
De acuerdo con el Plan de Estudio 2022, el aprendizaje de
las y los estudiantes se concibe como una acción que se produce en la interacción
social, en contextos particulares y mediante el uso de diversos objetos y
símbolos culturales.
Así, el desarrollo y aprendizaje de niñas, niños y
adolescentes se entiende a partir de su participación en las prácticas sociales
en diferentes comunidades, una de ellas desde luego, es la comunidad escolar.
La evaluación de los aprendizajes forma parte del proceso formativo,
se encuentra dentro de la relación pedagógica docente-estudiante y en el marco
de un currículo que integra conocimientos y saberes alrededor de la realidad de
las y los estudiantes; es decir, en el marco del aula, la escuela y la
comunidad, entendidos como espacios de interdependencia e interrelación para la
construcción de saberes y conocimientos.
De esta manera, la evaluación formativa busca retroalimentar
el proceso educativo a través del diálogo entre docentes y sus estudiantes para
desencadenar procesos de autorreflexión de ambas partes para identificar los
logros y elementos por trabajar, los obstáculos que se han presentado y, en su
caso, trazar acciones de mejoramiento.
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